Toda la vida me ha gustado escribir, dedicándole más o menos tiempo dependiendo del momento. Desde luego cuando estaba preparando oposiciones era imposible poder hacer algo más que estudiar los 126 largos y complejos temas que incluía el temario.
De un tiempo a esta parte he recuperado mi afición. Todo vino derivado seguramente por el hecho que un amigo me dijo un día que si me gustaba crear historias lo mejor que podía hacer era entrar en uno de los grupos de msn (ahora ya desaparecidos) que poblaban el panorama de Internet. Dispuesta a vivir nuevas experiencias y a dejar volar mi imaginación le hice caso y fue como conocí un lugar curioso, una especie de reino de un universo paralelo, llamado Rpg medieval. Quizás algunos de los que me leéis hayáis oído hablar alguna vez de él. Fue en un principio un lugar poblado, visitado y amado. Allí desarrollé mi capacidad como pocas veces con anterioridad, con una pauta de trabajo estructurada (intentar postear por lo menos una vez al día), intentando darle calidad a los escritos y estando a la altura de las circunstancias. El hecho de estar rodeada de personas que dominaban el arte de la escritura hacía que me creciera mucho más, intentando ser mejor día a día.
A ese grupo le siguieron otros, algunos abiertos por amigos, otros por personas que no lo eran tanto y un tercer grupo administrados por mí misma. Allí publicar tus escritos, aunque fueran complementos de historias que hacíamos entre todos, era sencillo. Pero las cosas cambiaron. Gente malintencionada con vidas vacías se dedicó a eliminar esos grupos (el cierre de Rpg medieval fue doloroso) y poco a poco los compañeros tambié fueron alejándose, dedicándose cada uno a sus propias cosas. Y me quedé sola.
Durante un tiempo dudé. ¿Abrir un nuevo grupo?. ¿Dejar de escribir?. La primera opción no era factible; la segunda, algo imposible. Y algo me llevó, seguramente vivencias o un comentario tonto en el trabajo, a empezar Pase lo que pase. Durante meses, casi cada día, fue desgranando esa historia de amor a tres bandas en la Barcelona de principios del siglo XX. No puedo decir que no hubiera pensado nunca en la necesidad de publicarla, que se hizo más acuciante cuando la terminé. Pero para un escritor novel, alguien sin experiencia previa como yo, no es fácil.
Un curso me dio la clave para ser leída, aunque no ganara nada con ello. Además de la ya conocida página http://www.yoescribo.com/, supe que en otra, http://www.bubok.com/, podías publicar tus relatos, cuentos, novelas o ensayos e incluso pedir un ejemplar encuadernado. Y eso es lo que hice.
Me enorgullezco de ver que mis historias han tenido bastantes descargas aunque nadie haya pagado por ello. Sin embargo quiero intentar ganar algo de dinero por una cosa que me ha llevado tanto tiempo de trabajo. Y es por ello que lo he puesto a la venta, no sólo esa novela sino Los Mónaco, la que escribí después, y algunos otros relatos. Se venden en formato papel y en el novedoso ebook, una salida para los que son como yo. De momento he vendido ya un ebook de Los Mónaco, una novela divertida, llena de amor, aventuras, sexo y envidias en el Versalles de Luis XIV. ¿Llegaré algún día a vender lo suficiente como para ir con la cabeza bien alta?. ¿Alguien me leerá y pensará que soy digna de formar parte del plantel de autores de una editorial?. Hasta que llega el momento, si llega, tendré que conformarme con autopublicarme.
http://www.bubok.com/libros/196069/Los-Monaco
http://www.bubok.com/libros/22099/Pase-lo-que-pase
http://www.bubok.com/libros/196360/Presos
http://www.bubok.com/libros/170672/La-princesa-y-el-ogro
http://www.bubok.com/libros/22144/El-principe-y-la-segunda-falange-del-dedo-corazon-de-san-Atafumanasio
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