Hoy haremos un viaje más corto y nos iremos al municipio catalán de Begur, en la costa de Girona.
Un corto paseo nos conduce hasta la preciosa masia de Mas Pinc, que en su tiempo fue propiedad de la bailaora Carmen Amaya y que hoy es un Centro de recuperación de animales marinos.
Se trata de un pequeño pueblo costero de poco más de 4000 habitantes que en verano se llena de turistas que quieren aprovecharse de la tranquilidad de sus calles o de la belleza de sus playas.
Antes de ser invadido por personas ávidas de sol y playa, muchísimo antes que las toallas y las tumbonas acapararan las playas, el lugar fue habitado por hombres de la prehistoria que dejaron su impronta.
Mucho más descatada fue la presencia en la Edad media, no en vano el castillo está presidido por la imponente silueta de su castillo, que ha sido testigo de muchos siglos de historia. Hoy por hoy no es más que una ruina, un recuerdo del pasado esplendoroso. Se puede subir hasta a él después de un paseo cansado y desde arriba se obtiene una magnífica vista.
El castillo se edificó sobre un asentamiento ibérico y romano y aparece documentado por primera vez en el año 1019, cuando era el señor del lugar Arnust de Begur.
A mediados del siglo XI la propiedad pasó a manos de la condesa Ermessenda y poco después, en 1057, lo vendió a los condes de Barcelona,. Estos condes lo fueron pasando a distintos nobles hasta que en el siglo XIV pasó a manos de Guilabert de Cruïlles, señor de Peratallada. Los señores de Peratallada fueron los amos del castillo hasta el siglo XVII.
A pesar de datar del siglo XI durante el siglo XV se reconstruyó, debido a que después de la guerra contra Joan II, rey de la Corona de Aragón, quedó muy destruido. Lo mismo ocurrió durante la Guerra del Francés cuando el general inglés Doyle se lo arrebató a los franceses y lo dinamitó. Cosas que ocurren durante las guerras y que hacen que no se piense en el interés histórico de un edificio sino en su importancia estratégica.
Así pues, lo que hoy vemos es sólo una ínfima parte de lo que fue el castillo en sus mejores tiempos. Destaca la torre circular de cinco metros de altura así como alguna pequeña estancia, muy deteriorada, y una cisterna. De época moderna son los muros almenados.
El casco antiguo de la población nos ofrece momentos agradables, con zonas de sombra donde pasear o tomar algo.
Un corto paseo nos conduce hasta la preciosa masia de Mas Pinc, que en su tiempo fue propiedad de la bailaora Carmen Amaya y que hoy es un Centro de recuperación de animales marinos.
En cuanto a las playas, no están junto al casco urbano sino que es necesario coger un autobús que nos llevará hasta allí en un trayecto más o menos corto. Begur tiene aproximadamente una docena de playas de distintos tipos (incluso alguna nudista) y algunas poco concurridas y muy agradables.
Me gustan sus pueblitos medievales. Cada vez me dan más ganas de ir a Europa. :-(
ResponderEliminarAlgún día...
Me alegra que te gusten nuestros pueblos. Eso me anima a hacer más entradas sobre ellos. Verás qué sitios más preciosos.
ResponderEliminarme gustan y siempre me han atraido esos pueblecitos cerca, muy cerca del mar con sus barquitos pesqueros y su gente entrañable y tranquila.
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