martes, 20 de julio de 2010

Hoy viajamos a... París

París es la capital de Francia, una ciudad muy importante por su historia, cultura y arte, conocida como la ciudad de la luz, del amor o del Sena, por el río que la atraviesa.
Su nombre proviene de una tribu celta que se asentó en esta zona en el siglo III antes de Cristo, los parisii, y que acabó siendo derrotada por los romanos. La ciudad de Lutetia (lugar de los pantanos) se acaba llamando Lutetia Parisiorum (de ahí deriva el nombre de París).

En el siglo III el Imperio romano empieza su decadencia y se ocupan cada vez menos de esta ciudad, tan lejana para ellos, por lo que los bárbaros empiezan a ocuparla. El primer rey bárbaro conocido fue el franco Clodoveo.
En el año 508 Clodoveo, cristiano desde el 493, establece su capital en París y el país empieza a recibir el nombre por el que hoy en día lo conocemos, Francia, por los reyes francos, siendo el más importante de ellos Carlomagno, con el que empieza la dinastía carolingia.
En el año 965 Hugo, el primero de la dinastía de los Capeto, accede al trono en detrimento del último de los carolingios. Empieza una época de gran esplendor y de continuo desarrollo de la ciudad de París.

En el siglo XII comienza la construcción de uno de los edificios más representativos, la Catedral de Notre Dame, en una isla del Sena llamada Ile de la Cité (Isla de la Ciudad). Es la isla más grande que encontramos en medio del río Sena y en la que se concentran importantísimos monumentos como la catedral, ya mencionada, la Concergierie o la Saint Chapelle. Fue en esta isla donde se instalaron los parisii. Se comunica con la ciudad de París por ocho puentes, siendo el más importante el Pont Neuf.

Antes de viajar a París podemos adquirir algunas cosas que nos facilitarán el viaje. En ciudades como Madrid o Barcelona existen Maisons de la France (también tienen página web).
Es recomendable comprar una tarjeta de monumentos. Sirve para entrar en todos los museos y monumentos de París (excepto la Torre Eiffel), incluso el palacio de Versalles. Existen tarjetas para varios días consecutivos y puedes ahorrar mucho dinero (en mi caso unos 65 euros). También es posible comprar una tarjeta de transportes. Teniendo esta tarjeta te hacen un descuento en el ticket del Bateaux parisien, el barco que recorre el Sena en un agradable paseo. No es necesario comprar billete para un día concreto (tiene un plazo amplio). Yo recomiendo usarlo de noche, cuando los monumentos han cerrado.

Veamos ahora cuáles son los monumentos o museos más representativos de la ciudad:

CATEDRAL DE NOTRE DAME: La catedral de París está edificada sobre los cimientos de un templo romano dedicado a Júpiter y una basílica cristiana, la de Saint Etienne, primera iglesia cristiana de París (siglo VI). Empezó a construirse en el año 1163 por deseo de Maurice Sully, obispo de París, y las obras continuaron hasta 1345, gracias a las donaciones de todos, tanto del rey como del pueblo llano (unos aportaban dinero y otros su trabajo). Ha sido escenario de los más importantes acontecimientos de la historia de Francia: ha albergado la corona de espinas hasta que se construyó la Saint Chapelle, en ella tuvo lugar el proceso a Juana de Arco, se casaron Margarita de Valois y Enrique de Navarra (él era hugonote y estuvo toda la ceremonia fuera de la iglesia) y Napoleón se coronó emperador en 1804, entre otros.
Ha estado a punto de ser derruida en varias ocasiones (en la Revolución Francesa fueron robados muchos de sus tesoros, demolida en parte y dedicada a almacén de alimentos).

Fue restaurada en 1844 por Viollet-le-Duc.

Está dedicada a la Virgen, de ahí el nombre de Notre Dame (Nuestra Señora).
La fachada es maravillosa y destacan las dos torres, los 3 hermosos pórticos y el rosetón.
Es posible subir a las torres (387 escalones) y desde arriba hay una vista maravillosa. En la torre de la derecha destaca la campana llamada Emmanuelle. Cuenta la tradición que cuando se estaba fundiendo las damas y las plebeyas arrojaron sus joyas al metal fundido (de ahí dicen que proviene su maravilloso sonido).
Los pórticos se llaman de la Virgen (a la izquierda, con pasajes bíblicos y de la vida de la Virgen y un calendario con los trabajos de los meses del año y los signos del zodíaco en un lateral), del Juicio Final (en el centro, con escenas del juicio final, los bienaventurados a un lado y los condenados a otro, e impresionantes escenas del infierno- demonios, el símbolo de la lujuria, animales monstruosos,…-) y el de Santa Ana (a la derecha, con las esculturas más antiguas de la catedral, una virgen románica y escenas de la Virgen y de sus padres, San Joaquín y Santa Ana).

El rosetón tiene 10 metros de diámetro y no ha sido modificado a lo largo de los siglos. Delante, en el centro, vemos una imagen de la Virgen y de dos ángeles.

El interior es impresionante, con esbeltas columnas del más puro estilo gótico. En cada lateral de la iglesia hay 7 capillas, añadidas entre los siglos XIII y XIV, que perdieron su magnífica decoración durante la Revolución Francesa. Vemos dos rosetones, uno del siglo XIII (el del ala norte) y otro de la misma época pero rehecho en el siglo XVIII.

El coro es una hermosa muestra de arte religioso del reinado de Luis XIV, mandado construir por el rey para cumplir una promesa de su padre, Luis XIII.

La iglesia alberga diversos monumentos funerarios y órganos del siglo XVIII.
Durante el espíritu del Romanticismo, Víctor Hugo escribió, en 1831, el romance “Notre-Dame de París”, más conocido en español como El Jorobado de Notre-Dame. Situando los acontecimientos en la catedral durante el siglo XV, la historia trata de Quasimodo, jorobado y deforme campanero de Notre Dame, que se enamora de una gitana de nombre Esmeralda. Sin embargo, el archidiácono de Notre Dame, el cruel Frollo, padre adoptivo de Cuasimodo, se enamora también de la gitana y, celoso de Febo, el guapo capitán de la guardia de quien está enamorada Esmeralda, le apuñala para que acusen a la muchacha. Quasimodo la salva de la horca llevándosela consigo a lo alto de las torres de la catedral pero nada impide el trágico final.

Vale la pena subir a las torres. Desde arriba (después de más de 400 escalones) se tiene una de las mejores vistas de la ciudad y podemos casi tocar las famosas gárgolas.

Delante de la catedral está la cripta arqueológica, con restos de la antigua ciudad.

Muy cerca de Notre Dame encontramos el PALACIO DE JUSTICIA. En sus orígenes se estableció en él la corte francesa hasta 1358. Durante la Revolución francesa, en la Cámara Dorada, el tribunal revolucionario mandaba a la guillotina a todos los que podía, entre otros a la reina María Antonieta. Atravesando el Palacio (hoy son realmente los juzgados) llegamos a una de las obras maestras de la arquitectura gótica, la Saint Chapelle.


SAINTE CHAPELLE (SANTA CAPILLA): Fue mandada construir por expreso deseo del rey San Luis en el siglo XIII (1246 a 1248) para albergar la corona de espinas y un fragmento de la cruz y es una obra maestra del gótico francés. Servía de capilla familiar del Palacio. Tiene dos capillas superpuestas, la inferior para la servidumbre y la superior reservada para el rey y su familia. En 1630 un incendio destruyó el campanario y el armazón de madera y en la Revolución el tesoro fue destruido. Se salvó la corona de espinas de Jesucristo y la iglesia fue convertida en almacén. Fue restaurada en el siglo XIX. De las estatuas que adornan las columnas sólo cuatro son originales. Las vidrieras, que se encuentran entre las más hermosas del mundo, miden quince metros de altura y la mayor parte son las originales.

LA CONCIERGERIE (Cancillería): Es la prisión más antigua de París (desde 1431 fue la cárcel de los presos de Estado). La torre del reloj es la más antigua de la capital, data del siglo XIV, igual que el reloj, que sigue funcionando perfectamente. En su interior destacan la enorme sala de armas y el calabozo de María Antonieta (reconstruido tal y como estaba en ese tiempo y con figuras de cera de la reina y sus carceleros). Podremos ver, también, las diferentes celdas según las clases sociales.

PONT NEUF (Puente Nuevo): Es el puente más antiguo, bonito y largo de París (1578-1607), construido bajo el reinado de Enrique IV. En sus aceras nunca ha habido casas (la ordenanza real lo prohibía) pero sí diversos tenderetes. Su nombre se debe a que fue el primer puente de piedra que se construyó en la ciudad (los anteriores eran de madera). En 1614, cuatro años después de su muerte, su esposa, María de Médici mandó hacer colocar una estatua ecuestre el rey. Por detrás encontramos una plaza tranquila que tradicionalmente sirvió de ajusticiamiento a los templarios (su gran maestre, Jacques de Molay fue quemado aquí), quema de brujas o masacre de judíos.
La Orden de los Pobres caballeros de Cristo, también conocida como Orden del Temple o templarios se fundó en el siglo XII y fue una de las órdenes militares cristianas más famosas de la historia, origen de numerosas leyendas. Su propósito original era proteger a los cristianos que peregrinaban a Tierra Santa. Se caracterizaban por su valor, por sus riquezas atesoradas por sus capacidades como comerciantes de reliquias y banqueros (se dice que servían para poder sufragar sus campañas militares en nombre de Dios) y por vestir un manto blanco con una cruz roja. El rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, muy endeudado con la Orden, no sólo no quiso pagarles sino que ideó un plan para quedarse con su supuesto tesoro (que nunca apareció). Les acusó de celebrar ceremonias secretas, de sodomía y de adorar a Bafomet, una cabeza demoníaca. En 1307 muchísimos templarios fueron apresados, cruelmente torturados y obligados a confesar. Curiosamente después murieron en la hoguera. En 1312 el Papa, presionado por el rey, disolvió la Orden. Se cuenta que, estando ya en la hoguera, en 1314, Jacques de Molay, el último gran maestre, se desdijo de la confesión que había hecho bajo tortura, proclamó la inocencia de los templarios y maldijo al rey, al juez que les había condenado y al Papa. Antes de que transcurriera un año los tres estaban muertos.

Junto a la Ile de la Cité encontramos la ILE DE SAINT LOUIS, otra de las islas en medio del Sena, con bellísimos rincones y palacetes. También cuenta con una iglesia, numerosos restaurantes y la heladería más famosa de París, Berthillon. Se trata de un lugar muy tranquilo, un auténtico remanso de paz en que no es extraño ver a jóvenes modelos posando para anuncios de moda.

TORRE EIFFEL: Es el símbolo de la ciudad (y casi de Francia) y uno de los más fotografiados. Pero no ha estado exento de polémica. Muchos se opusieron a su construcción o criticaron su forma. Se ha dicho que es un horroroso candelabro o una mancha de tinta en el cielo de París. Sea como fuere, es lo más representativo de la ciudad hoy en día. Fue levantada entre enero de 1887 y marzo de 1889 para la Exposición Universal. El artífice de esta gran obra fue el ingeniero Gustave Eiffel. Iba a ser desmontada después de la Exposición pero una votación popular lo impidió. Su peso ronda las 10.000 toneladas y su altura es de 300 metros (más los 20 del repetidor del televisión).
Consta de 3 pisos, a los que se puede acceder por ascensor (enorme, caben unas cien personas) o por escalera (1665 escalones). En el primer piso, a 57 metros, encontramos el restaurante Julio Verne, un salón de té y un bar. En el segundo, a 115 metros, más o menos lo mismo y una galería acristalada. La tercera plataforma está a 254 metros. La vista desde arriba es impresionante. Una curiosidad: Eiffel presentó antes el proyecto a la ciudad de Barcelona con motivo de la Exposición Universal de 1888 pero fue rechazada por rara y costosa. La torre puede ser observada en toda su magnitud desde la zona del Trocadero.

Trocadero: Gran plaza en la que destaca el Palacio de Chaillot, construido para la Exposición de 1937. Consta de dos pabellones y una gran sala para espectáculos. Su importancia radica en la visión que da de la Torre Eiffel.
Al otro lado de la torre vemos el Campo de Marte, gran parque público diseñado en el siglo XVIII como campo de maniobras militares (de ahí el nombre de Marte, dios mitológico de la guerra). Destacan en él la Escuela Militar y LOS INVÁLIDOS, inmenso complejo de edificios y jardines que se construyó en el siglo XVII por encargo de Luis XIV para acoger a los inválidos de la guerra y que es donde está enterrado Napoleón (en la capilla).
El conjunto arquitectónico destaca por la dorada cúpula (el domo, le Dôme) de la capilla San Luis (Saint Louis), que Luis XIV mandó construir para uso privado del rey y como mausoleo real, aunque posteriormente no llegó a alojar los restos de ningún rey de Francia. Alberga los restos de Napoleón Bonaparte, que fueron trasladados de la Isla de Santa Helena a París en 1840, por iniciativa del rey Luis Felipe de Orléans. Desde 1940 contiene también los restos de su hijo, el llamado Rey de Roma, de su hermano José I de España, así como los de varios mariscales.
El cadáver descansa dentro de 6 ataúdes, el primero de hierro blanco, el segundo de caoba, los dos siguientes de plomo, el quinto de ébano y el último de roble. Todo ello va metido en un sarcófago de pórfido rojo (roca muy resistente de origen volcánico). En conjunto tiene un marcado carácter teatral dispuesto para engrandecer al emperador. La cúpula se ve desde distintos puntos de la ciudad y Los inválidos es uno de mis lugares favoritos de la ciudad.

Muy cerca está el Museo Rodin, que muestra esculturas del célebre escultor August Rodin, entre otras El pensador (foto de la derecha) o El Beso, así como de algunos otros importantes autores. Algunas de las obras están en el jardín, donde pueden contemplarse bellas plantas como rosales y se tiene una magnífica vista de la cúpula de los Inválidos, que está al lado. No es demasiado visitado a pesar de su importancia. Creo que vale la pena.

CENTRO GEORGE POMPIDOU: Es uno de los museos más famosos de París, no sólo por las obras que alberga sino por el edificio en sí.
Se construyó en 1977 y su peculiaridad es que las conducciones, de agua, luz, etc. van por el exterior. Es el Museo Nacional de Arte Moderno (vanguardista) y guarda obras de Matisse, Picasso, Juan Gris, Warhol, etc.
Desde arriba se tiene una bella vista de la ciudad de París. En mi opinión esas vistas son lo mejor del museo ya que las obras que contiene son un poco una tomadura de pelo. ¿O es una obra de arte una tapadera de un bote de pintura?.

Al lado del museo está la Plaza de Igor Stravinsky, donde destaca el estanque con unas curiosas esculturas de colores.

MUSEO D’ORSAY: Está instalado en una antigua estación de ferrocarril, levantada entre 1898 y 1900 y fuera de servicio desde 1939. Es un museo desde 1977. Incluye piezas principalmente desde el siglo XIX hasta los años 30 del siglo XX, de artistas como Degas, Manet, Van Gogh, Millet, Gauguin, Matisse o Delacroix, todo ellos impresionistas. Conviene dedicarle por lo menos tres horas. El museo es una auténtica maravilla y un placer para los sentidos.
Además de los cuadros más conocidos de esos autores, llamaría la atención sobre una obra de Gustave Courbet, El origen del mundo. Es mejor ir advertido de antemano para no lanzar exclamaciones ante tan curiosa obra.

PLAZA DES VOSGES: Está considerada como la plaza más bonita de París, en el barrio de Le Marais. Es de estilo renacentista (su origen es del siglo XVI), con una galería porticada sobre la que se alzan los pabellones (los más altos, al norte y al sur, son los del rey y la reina). La estatua del centro es una copia de una que representaba a Luis XIII.
En ella han vivido personajes tan famosos como el cardenal Richelieu, primer ministro de Luis XIII (el cardenal de Los 3 mosqueteros), Víctor Hugo (autor de Los Miserables o de Notre Dame de París) o Hemingway. Su origen como plaza es muy curioso. En 1559 el rey Enrique II organizó un torneo con la mala suerte de que el capitán de su guardia le clavó una astilla en el ojo. El rey murió 10 días más tarde y su viuda, Catalina de Médicis, mandó demoler el palacio donde había muerto su marido. Años más tarde su yerno, Enrique IV, mandó hacer una plaza real con motivo de la boda de su hijo Luis XIII con Ana de Austria.
Aunque a muchas personas les gusta mucho este barrio de curiosos edificios con peculiares chimeneas, a mí sólo me llamó la atención la plaza.

PLAZA VENDÓME: Se crea por un decreto del rey Luis XIV para acoger la Biblioteca Real, la Academia y la estatua del rey a caballo, aunque entonces no tenía ese nombre. Lo de Vendóme viene de un palacio ya desaparecido, el del duque de Vendóme. La forma octogonal que tiene actualmente data de 1699 y está llena de palacios.
Hasta la Revolución Francesa en el centro de la plaza se erguía la estatua de Luis XIV vestido de emperador romano. Fue sustituida en 1806 por orden de Napoleón por una columna de bronce (con el metal de los cañones rusos y austríacos) que recuerda a la Columna Trajana de Roma. Está rodeada de joyerías de lujo.

PLAZA DE LA CONCORDIA: La historia de esta plaza es realmente trágica. En el año 1770 cunde el pánico entre la multitud que había acudido a ver la boda del Delfín (futuro Luis XVI) y María Antonieta y muchos mueren pisoteados. Un poco más tarde, en 1793, se instaló la guillotina que sirvió para ajusticiar a los reyes antes mencionados y a otras muchas personas. Finalmente se decide retirarla de la plaza y darle un nombre conciliador: Plaza de la Concordia. Por ese mismo motivo no se coloca en ella ninguna estatua que pueda herir susceptibilidades y se manda traer de Egipto (concretamente de Luxor) un obelisco de granito rosado de más de 3.000 años de antigüedad. Las dos grandes fuentes imitan a las de la Plaza de San Pedro en Roma.

CAMPOS ELÍSEOS: Es una de las grandes avenidas de París (tiene 70 metros de anchura), gran bulevar comercial lleno de establecimientos bancarios, de venta de coches, de ropa de lujo, bares y cines. Empieza en la Plaza de la Concordia y acaba en la plaza de l´Etoile (Plaza de la Estrella), donde se encuentra el Arco del Triunfo. Todavía se conservan los jardines que fueron construidos hace siglos. Encontramos también dos edificios construidos para las exposiciones universales: el Grand Palais (1900) y el Petit Palais (inaugurado en 1901 y concebido para albergar un museo).
A los amantes de las compras les entusiasma; yo no los he recorrido nunca andando.

ARCO DEL TRIUNFO: Napoleón mandó construir este gigantesco arco para conmemorar sus triunfos bélicos pero nunca lo llegó a ver terminado. Tiene 50 metros de altura y 45 de anchura. Se basa en los arcos romanos. La primera piedra se puso el 15 de agosto de 1806, el día del cumpleaños de Napoleón, se terminó su construcción en 1836 y las cenizas de Napoleón pasaron por debajo cuando fue traído de la isla de Santa Elena, donde murió, a París. Desde 1920 acoge la tumba del soldado desconocido (la llamada llama del recuerdo empezó a arder en 1923). Hasta la actualidad se han celebrado aquí los grandes acontecimientos nacionales. Desde la terraza se puede tener una bella panorámica de la ciudad de París. Para mi gusto no es de las mejores vistas y me trae malos recuerdos porque me robaron la cámara de fotos en mi primera visita. Ojo, pues.

BARRIO DE MONTMATRE: Barrio bohemio y de artistas, antes villa que fue anexionada a París en 1860. Se diferencian dos zonas, la parte alta, llena de turistas, y la baja, llamada Pigalle, con negocios relacionados con el sexo y la vida nocturna. Ya en el siglo XVIII los agricultores se quejaban de “las mujeres que hacen la calle”. Con el siglo XIX surgen los bailes. Es en esa época cuando se construye el famoso Moulin Rouge (foto de la izquierda), con sus bailes revolucionarios (el cancán sobre todo). De todos los molinos (los reales) que había antes sólo queda uno, el Moulin de la Galette (el original es de 1640 y ha sido utilizado como salón de baile).
Otro de los edificios más emblemáticos del barrio es la iglesia del Sagrado Corazón (Sacré Coeur, en la foto de la derecha). Las obras duraron de 1875 a 1914 sobre una cantera de yeso (se tuvieron que excavar varios pilares para soportar el peso de la construcción). Tiene inspiración románica-bizantina y en su fachada alberga dos estatuas que representan a San Luis y a Juana de Arco. Se puede subir por unas empinadas escaleras o con el funicular, pero no nos libra de calles de cuestas pronunciadas. Dicen que sus cúpulas, de piedra blanca que repele el polvo, recuerdan a las del Taj Mahal de la India.
Muy recomendable. Tiene la que es una de las mejores vistas de la ciudad.
Montmatre es para mí el barrio más bonito de París. Ah, probad las crèpes.

LA DEFÉNSE: Modernísimo barrio, con rascacielos y edificios de oficinas, construido en los años 50 del siglo XX. No es más que una ciudad satélite.
Desde 1989 se alza el “Grande Arche” o “Arche de la Défense”, un enorme arco de cristal y mármol de 105 metros de altura. Queda frente por frente con el Arco del triunfo, aunque alejados en línea recta el uno del otro. Se puede subir aunque yo no lo he hecho nunca.

PALACIO DE LUXEMBURGO: Sede del Senado desde 1958, tiene uno de los jardines más hermosos de París. El palacio empezó a construirse en el siglo XVII, inspirado en el Palacio Pitti de Florencia. Es el parque favorito de los artistas y el más hermoso de París sin duda alguna.

La SORBONA es la Universidad París. Su nombre deriva de un colegio medieval fundado en el siglo XIII con la finalidad de enseñar teología a los niños pobres. Se encuentra en el Barrio Latino, cerca del Palacio de Luxembugo y del Panteón. En la capilla se encuentra la tumba del famoso cardenal Richelieu, primer ministro de Francia en época de Luis XIII.

El PANTEÓN es un edificio neoclásico construido en principio para ser una iglesia dedicada a Santa Genoveva. Sin embargo en la Revolución Francesa se decidió que se convirtiera en un templo para albergar las tumbas de los hombres ilustres de la patria.
Su forma recuerda al Panteón de Agripa en Roma. En su interior podemos ver, además del péndulo de Foucault, las tumbas de Voltaire, Rousseau, Marat, Victor Hugo, Alejandro Dumas padre o el matrimonio Curie. Puede sorprender la sencillez de esas tumbas, dispuestas en celdas, blancas y todas iguales (excepto las de Voltaire o Rousseau). Está muy cerca de la Sorbona.

TERMAS DE CLUNY Y MUSEO DE LA EDAD MEDIA: Además de las termas romanas, aquí podremos ver algunos de los vestigios medievales más importantes de la ciudad. Las piezas clave del museo son seis tapices del siglo XV con la historia de la Dama y el unicornio. En todos ellos aparece una dama acompañada de un león (símbolo de la fuerza) y un unicornio (de la sabiduría). Cada uno de los tapices está relacionado con un sentido y el sexto, llamado “A mon seul désir” (A mi único deseo), se ha interpretado como el amor. No es un museo demasiado visitado pero lo recomiendo especialmente.

Cerca encontramos la IGLESIA DE SAINT GERMAIN DE PRÈS, la más antigua de París. Su origen se remonta al siglo VI. El campanario y el pórtico son de los pocos vestigios románicos que quedan en la ciudad. En el interior el románico se vio desplazado por elementos góticos y algunas pinturas del siglo pasado.

París es una ciudad que rinde un gran culto a sus muertos y los cementerios se pueden visitar. El más importante de todos es el CEMENTERIO DE PÈRE LACHAISE. Lleva el nombre del confesor de Luis XIV.
Entre las tumbas más famosas podemos ver las de Abelardo y Eloísa, el pintor Delacroix, el cantante Jim Morrison, Balzac, Bizet, María Callas, Chopin, el egiptólogo Champollion, el pintor Jacques Louis David, el escritor Proust, Godoy, Molière, La Fontaine, Simoine Signoret e Yves Montand o Edith Piaf. Podemos destacar dos de ellas. La primera la del escritor inglés Oscar Wilde (foto de la derecha), que buscó refugio en París tras las acusaciones de homosexualidad y cuya tumba está completamente escrita y llena de besos. La segunda es la de un joven periodista, Víctor Noir, que murió en 1870 por el disparo de un primo de Napoleón III. Se le ha representado estirado, muerto pero con su pene bien “vivo”.

SENA: El Sena es conocido a nivel mundial por ser el río que atraviesa la ciudad de París (Francia). Es en una de sus islas (isla de la Cité) donde la ciudad tuvo sus inicios y es en torno a ella y a la ribera que la ciudad se ha desarrollado a través de los siglos.Varios de los más importantes edificios y monumentos de la ciudad se pueden apreciar paseando por el río. Tal es el caso de la torre Eiffel, el Museo del Louvre o la Catedral Notre Dame de París. Los bateaux- mouches son los barcos que recorren el Sena.

MUSEO DEL LOUVRE: Es el museo más importante de París, de Francia y uno de los más importantes del mundo. Sus orígenes como edificio datan del siglo XII, cuando se levanta una torre defensiva y unas murallas para proteger el margen derecho del Sena. El rey San Luis lo amplió pero no fue hasta el siglo XIV, con el reinado de Carlos V, cuando empezó a usarse como palacio real. Fue ampliado por los sucesivos monarcas hasta que Luis XIV (el llamado “rey Sol”) se harta de él y decide trasladarse a Versalles en el año 1678. Se instalan entonces en él artistas, intelectuales o buscavidas y se rodea de cabarets y prostitutas. En el reinado de Luis XV está a punto de ser demolido pero su favorita, madame de Pompadour, una mujer de gran inteligencia, consigue salvarlo, siendo nombrado su hermano conservador del palacio (1756).
Napoleón I sigue con las reformas así como también Napoleón III, hasta bien entrado el siglo XIX. La última remodelación fue la pirámide de cristal que sirve como entrada desde 1989, diseñada por Ieoh Ming Pei.

Como museo, si bien son muchísimas las obras que alberga, hay una que es la estrella: la Gioconda de Leonardo da Vinci. Sorprende su pequeño tamaño, sólo 77 x 53 centímetros, y fue pintado entre 1503 y 1506. Mucho se ha hablado de a quién puede representar. Se cree que se trata de un retrato de encargo pintado por Leonardo da Vinci en la época de más fama y popularidad del pintor, época en que son varios los retratos que le piden realizar. Su cliente parece ser que fue el banquero napolitano Francesco di Bartolommeo di Zanobi, marqués del Giocondo (1460-1528), que se casó con Monna Lisa (Madonna Elisa Gherardini) en el año 1495. Del título del esposo procedería el nombre dado al cuadro: Gioconda. Se dice que nunca estuvo en manos del banquero y que en 1517 o 1519, cercano a la muerte del autor, estaba en manos del rey Francisco I. Permaneció en las colecciones privadas francesas y estuvo en poder de Napoleón. Algunas teorías recientes dicen que quizás represente al propio Leonardo vestido de mujer.
La dama está sentada en un sillón, apoyando sus brazos en los del asiento. Se dice que el paisaje del fondo es el que vio Leonardo en los Alpes en su viaje a Milán. Fue pintado con la técnica del sfumato (difuminado), lo que produce una sensación de tres dimensiones. Pero lo que más destaca y ha dado que hablar del cuadro es la enigmática sonrisa de su protagonista. Si la miramos directamente desaparece y sólo cuando nuestros ojos se posan en otros puntos del cuadro vuelve a aparecer. Se ha dicho de él que es el cuadro más famoso del mundo y que se trata del retrato pintado más famoso de la historia del arte universal.
Sin embargo no es la única obra maestra que se guarda en el Louvre. También podemos ver otras como la célebre Venus de Milo (hermosa escultura griega en mármol del siglo II a. de C., en la foto de la derecha) o la Victoria de Samotracia (también griega de la misma época, en la foto de la izquierda), una excelente colección de arte egipcio, griego, romano, 21 cuadros de Rubens y otras muchas. Destacamos a continuación una lista:
* El código de Hammurabi
* Escriba en cuclilas, importante obra egipcia.
* La encajera, pequeñísimo cuadro de Vermeer
* El sarcófago de los esposos, etrusco
* La libertad guiando al pueblo de Delacroix
* La gran odalisca de Ingres
* Psique reanimada por un beso de Amor, escultura de Antonio Canova
* La buenaventura de Caravaggio
* La bella jardinera de Rafael
* La virgen, el niño y santa Ana, de Leonardo da Vinci
* Esclavo, de Napoleón Bonaparte
* La coronación de Napoleón I, de Jacques Louis David
En su día dediqué 5 horas al museo pero es evidente que tienes para mucho más si te dedicas a todas las obras. Conviene ver qué días de la semana cierran pasadas las 9 de la noche para aprovechar el tiempo.
Junto al museo del Louvre vemos los jardines de las Tullerías, típico jardín de estilo francés realizado en época de Luis XIV (foto de la izquierda). Se llama así por los numerosos hornos en que se cocían las tejas (tuiles) para los barrios colindantes. En el jardín destaca el Arco del Carrousel, levantado entre 1806 y 1808 para conmemorar las victorias de Napoleón (foto de la derecha).

LA ÓPERA GARNIER: La Ópera Garnier, también conocida como Palacio Garnier u Ópera de París, es uno de los edificios más característicos del centro de París. Napoleón III de Francia ordenó su construcción al arquitecto Charles Garnier, quien lo diseñó en estilo neobarroco. En 1989 la Compañía de la Ópera trasladó su sede al recién construido Teatro de la Bastilla y su vieja sede recibió el nombre de Palacio Garnier, donde permanece la Academia Nacional de Música. A pesar del cambio de nombre oficial y del traslado de la Compañía de la Ópera, el Palacio Garnier sigue siendo conocido popularmente por el nombre de Ópera de París.
El Palacio y las cuevas subterráneas fueron los escenarios escogidos donde Gastón Leroux situó la acción de su novela El fantasma de la Ópera, que ha dado lugar a un musical y varias películas.
Puede visitarse por dentro.

VERSALLES, la Corte del rey
Versalles es una ciudad cercana a París. Es sencillo llegar en tren (unos 20 minutos). El palacio está a 5 minutos caminando de la estación. Es recomendable llevar audioguía.
Antes de la llegada al trono de Luis XIV era simplemente un pueblo que servía de lugar de caza para los reyes franceses. En un lugar maloliente se hizo una ardua labor de saneamiento para construir uno de los palacios más grandes y suntuosos del mundo.
El padre de Luis XIV, Luis XIII ya se había hecho construir una pequeña residencia que transformó en villa en 1631 para la época que estuviera de caza en Versalles. Luis XIV, llamado “el rey Sol” por considerarse el centro del mundo, en sus 72 años de reinado, fue engrandeciéndola y convirtiéndola en el palacio más suntuoso de Europa. Fue su residencia permanente desde 1678. El palacio es enorme y ello es debido a que Luis XIV obligó a sus nobles a vivir con él, para tenerles controlados y evitar revueltas. Es el símbolo de la monarquía absolutista de la que Luis XIV es el paradigma.
Destacan especialmente la Sala de los Espejos, una de las más impresionantes del palacio, y los bellísimos jardines. La galería del Salón de los Espejos mide 73 m de largo, 10.50 m de ancho y 12,30 m de alto; está completado al norte por el Salón de la Guerra, y el sur por el Salón de la Paz. Las diecisiete ventanas que dan al jardín están relacionadas con los diecisiete arcos decorados con espejos de grandes dimensiones. En 1919, al final de la Primera Guerra Mundial, la Galería de Espejos sirvió como decorado para la firma con Alemania del Tratado de Versalles.

La Capilla es el último edificio importante construido durante el reinado de Luis XIV. Su estructura presenta cierta reminiscencia gótica: el plano, la altura (más de 25 m), las vidrieras, el tejado inclinado y las gárgolas asemejan a las catedrales medievales; sin embargo, las columnas, las balaustradas, los pilares esculpidos, las bóvedas pintadas y el suelo de mármol de colores datan del 1700 y son reflejo de la estética barroca. Posee una tribuna situada al mismo nivel que las estancias reales. Desde allí, Luis XIV, Luis XV y Luis XVI asistían diariamente a misa: era el momento más importante de la jornada del rey.
Esta capilla fue consagrada a San Luis, rey de las Cruzadas y santo patrón de la monarquía francesa. Otras dependencias del palacio son Las Grandes Estancias del Rey, de la Reina, el Gabinete –zona de recreo y reposo de los soberanos-, Las Pequeñas Estancias, la Cámara de Reina, que se encuentra exactamente como la dejó María Antonieta al abandonar Versalles en 1789; y la Ópera, una imponente sala de espectáculo construida a finales del reinado de Luis XV cuando la boda entre Luis XVI y María Antonieta requería una gran sala para el festín y el baile. Tanto la Capilla como la Ópera se utilizan hoy en día para visitas-conferencias, misas, conciertos y óperas.
María Antonieta ordenó la construcción de una aldea con vaquería y molino donde trataba de imitar la vida campesina. Es uno de los lugares más desconocidos y más hermosos del recinto de Versalles. Vale la pena el paseo hasta aquí.

El Gran Trianon fue construido en el recinto palaciego de Versalles durante el reinado de Luis XIV. Quería un recinto para huir de la Corte. En 1670 se construyó el Trianon de porcelana, donde el rey se retiraba a cenar con su amante, Madame de Montespan. Como era muy frágil, años después manda hacer el Trianón de mármol. Napoleón lo ocupó también.

El Petit Trianon es un bello y pequeño edificio mandado construir en el siglo XVIII por Luis XV para su amante, Madame de Pompadour.

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